lunes, 21 de septiembre de 2009

Primavera.

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Hoy ando con una alegría simple, una alegría sin fundamento, como cuando uno se encuentra dinero olvidado en el bolsillo de un pantalón que hace mucho que no usaba. El billete obviamente es propio, pero uno se siente bien, como si lo hubiera dejado allí un duende generoso. Tal vez mi ánimo se deba a la primavera que ha llegado a estas latitudes.

Tal vez se deba a que el mini recreo dieciochero (y otro recreíto mas, sacado de un sombrero) me sacó de mi pesada rutina de estudio y me despejó un poco la cabeza y me permite así seguir con esta prueba de disciplina, responsabilidad y perseverancia.

La primavera se ha hecho presente en los cielos, los árboles y en mi ánimo, alejando, al menos en mi espiritu, la posibilidad de reprobar el grado. Sin embargo es conocido el dicho que reza que en la confianza está el peligro, la seguridad no la dan los días bonitos sino la certeza del estudio, eso es claro, pero al menos las fuerzas no faltan, muy por el contrario, crecen con los días y con el inmisericorde paso del tiempo. Quizás sea luego para pensarlo así, pero puedo sentir que estamos en tierra derecha, y con buen tiempo.
Será una primavera larga, estudiada, exenta de las siempre esperadas tenidas femeninas primaverales, fuera los chalecos y los abrigos para dar paso a la falda y la polerita, así mismo es de esperar que la primavera de estudio de paso a un verano de felicidad. Así sea.

La canción para hoy es the Final Countdown de Europe. No podía ser de otra manera.
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