martes, 21 de junio de 2011

Las botas blancas

Justo cuando se estaba resignando a irse a su casa, llegó el Juano y le gritó:- Weón, el Galgo dijo que podíamos ir todos pa su casa a seguir con el carrete, pero que había que llevar copete!!!
- Excelente, vamos al Reino a comprar, esa weá tiene q estar abierta a esta hora- dijo, mientras caminaba al auto del Juano tambaleándose por el alcohol, llevaba seis meses sin tomar por una hepatitis y la falta de costumbre le estaba pasando la cuenta, se acordaba de bien poco, pero sabía que la noche había estado bien movida. "Solo faltó anotar con alguna minita" pensó.-
Fueron al Reino y tuvieron que elegir, una botella de buen ron o dos botellas de mal pisco, se miraron, se rieron y llevaron las dos de pisco a la casa del amigo, que a esa hora, 5:45 AM, ya se encontraba lleno de gente, mas de lo que esperaban encontrar, habían casi 40 personas dispuestas a seguir con la fiesta de Año Nuevo hasta que fuera necesario.-
Al primer combinado, la borrachera le volvió con furia, pensó hasta en ir al baño, pero su dignidad no permitiría tal muestra de debilidad, él era un mártir del alcohol, un guerrero de los bares, el Genghis Kahn del pisco, el Pelé del vodka, el Emperador del Ron y no iba a permitir que unos días fuera de las canchas le hicieran perder su bien ganada reputación de aguantador, conquistada a pulso en las fiesta de su facultad, donde debió luchar con los mas grandes bebedores hasta ponerlos a todos de rodillas.-
Sabía que estaba borracho pero quería seguir la fiesta así que fue donde había un grupo de mujeres, con la intención de sacar alguna a bailar, pero cual??. Cerrando un ojo para poder ver mejor, se decidió por la morena. Era alta y flaka, tenía un rostro no muy fino pero era bonita y tenía buen forro. Lo que más le gustó fueron sus botas y chaqueta blancas "como de putita" pensó.-
Al sacarla a bailar, ella le sonrió coqueta y le dijo- Si, claro. "Hasta la voz la tiene rica" pensó, parecida a la de la mina de la tele, como se llamaba?? ah Marisela Santibañez, voz rasposa, media gastada.-
No alcanzaron a bailar 20 minutos cuando ya estaban a los besos y a los agarrones en la cocina, pura pasión. Se habían ido a ese lugar porque las miradas de los curiosos no lo dejaban atinar tranquilo. Pura envidia.
Al día siguiente, 2 de enero, estaba en el cine del Mall esperando a Karla, con K. "Puta el nombre chulo" pensó- "KARLA con K, botas blancas, capaz que sea esta mina". Pero no, él sabía que ella no era fácil, aunque se acordaba poco, si se acordaba que cuando quiso apresurar las cosas, conocerla mas en profundidad, entrar en sus secretos, ella decididamente le había dicho que no, que si acaso sabía lo que estaba haciendo. No, Karla con K, a pesar del nombre, no era fácil, si ni siquiera le había querido dar su número de celular, y tuvo q convencerla con argumentos de borracho poco entendibles que de verdad quería seguir viéndola y como prueba la invitó al cine al día siguiente.-
A las 5 PM habían quedado de juntarse y ya eran las 5:10, "pero toda mujer se hace esperar un rato", se tranquilizó y se dedicó a mirar la vitrina de una tienda de artículos de hogar, en donde un juego de loza le recordó el cuento sobre un hombre que encontraba una taza mágica y descubría que si lloraba en su interior, las lágrimas se convertían en perlas. Sin embargo, a pesar de haber sido siempre un hombre pobre, era un hombre feliz y raramente soltaba una lágrima. Entonces buscó y encontró maneras de entristecerse para que de ese modo sus lágrimas le hicieran rico. A medida que aumentaban las perlas, aumentaba también su avaricia. La historia terminaba con el hombre sentado encima de una montaña de perlas, cuchillo en mano, llorando en vano en el interior de la taza y con el cuerpo inerte de su amada esposa entre sus brazos. No era una historia muy bonita, pero pensó que cuando llegara Karla con K, encontraría la forma de llevar la conversación hacia ese lado para así contarle la historia, así quedaría como un tipo culto, mal que mal era una antigua historia del Oriente poco conocida.-
Estaba ansioso, quería verla y besarla y estaba empezando a pensar que lo habían plantado cuando vió las botas blancas venir. Era mas alta de lo que recordaba, pero se veía super bien, todos volteaban a verla. A medida que se acercaba su sonrisa fue desapareciendo de a poco y recordó como en la fiesta ella y su amiga habían bailado, con coreografía y todo, una canción que decía: "Y todos me miran, me miran, me miran,
por que se que soy fina por que todos me admiran,Y todos me miran, me miran, me miran,por que hago lo que pocos se atreveran", canción de maracos según sus amigos.
Estuvo a punto de no reaccionar, pero con reflejos felinos se metió en la tiendita y se escondió para mirarla por detras del vidrio, sólo para descubrir que su Karlita con K, lo más probable es que se llamara Carlitos con C y viniera con herramienta incluida.-
Sólo una hora después, y tras haberse asegurado que su conquista ya se había retirado, salió de la tienda. "Bueno, a quien no le ha pasado jajaja, no tomo más" pensó.-
Ya respiraba mas aliviado en su auto, pensando en que al menos nadie sabría de su rebote, cuando le llegó un mensaje de su amigo Ruedas, que decía: "Oie Jordi, es verdad lo q andan diciendo todos por ahí, q te agarraste un weon?? jajaja como tan curao.-

- Puta q tengo mala cuea!!!

lunes, 20 de junio de 2011

La noticia

Caminaba por la calle ido, sin importarle la lluvia que caía pq siempre le gustó mucho la lluvia, le recordaba el sur donde nació y se crió, muy lejos de la odiosa ciudad a la que se había ido a trabajar y en que se encontraba definitivamente instalado con su esposa y sus dos hijas.-
Caminaba por inercia en busca de un bus que lo llevara a su casa, no le importaba la gente, menos la lluvia, las emociones del momento eran demasiado grandes, casi no podía contener las lágrimas.-
Al pasar junto a una tienda de instrumentos musicales se detuvo, recordó que su Connie, su hija de 8 años, llevaba meses pidiéndole clases de piano, las que eran muy caras para su trabajo de oficinista en una empresa mediana de telecomunicaciones. Después de las clases de piano vendría inevitable y lógicamente, un piano, mas caro todavía. Sonrió.-
Ya en el autobús N° 24 recordó cuando esa mañana, al dirigirse a su trabajo vió el letrero en el negocio de Don Juan: Kino Acumulado, 5.800 millones a los 15 aciertos. Nunca había jugado esos juegos de azar, él no tenía suerte para eso y menos tenía la plata como para andarla botando, pero esa mañana se sintió distinto, como señalado por un dedo mágico y se revisó los bolsillos para ver si le sobraba algún billetito con el cual tentar a la suerte, pero no encontró nada, todo lo contrario, lo único que tenía era el dinero para la micro y para comprar el pan que su esposa le había encargado, ya estaban a fin de mes y eso se notaba.
Motivado, entró a la tienda y jugó como cualquier mortal, puros números de cumpleaños y el 7, de buena suerte, guardando cuidadosamente el boleto en su billetera. Pensó en darle un beso para mejorar sus posibilidades, pero lo encontró muy cursi.-
La radio del taxibús lo sacó de sus recuerdos y miró por la ventana, ya estaba mas calmado, pero todavía no lograba dar con la forma en que le daría la noticia a su mujer, no se fuera a desmayar o algo.-
Su parada. Bajó del bus y caminó por el pasaje en que quedaba su casa pero antes de entrar encendió un cigarrillo y comprendió que la mejor forma de darle la noticia a su mujer era en forma directa y clara: Lo habían despedido y no había comprado pan porque se gastó la plata en un cartón de Kino.-